Pasaron 44 años del último título del básquetbol de San Lorenzo de Almagro en Boedo. En 1973, el elenco que se denominaba como La Catedral y que dominó en el ámbito porteño durane aquellos años, había conquistado el título de la Asociación Buenos Aires, sin saber que sería la despedida triunfal del recordado salón San Martín.
En 2017, y con los recientes antecedentes de la Liga Nacional pasada y el último Súper 4, el Ciclón volvió a soplar en Boedo, pero ahora en el flamante Polideportivo Roberto Pando, que todavía no tiene ni un año de vida. En ese escenario, casi 2.500 personas, disfrutaron de un equipo que ganó el torneo de punta a punta.
Regatas de Corrientes, rival de las finales de la Liga Nacional, fue el rival que sufrió la embestida de San Lorenzo de Almagro, quien anoche no dejó dudas para superarlo por 94 a 59 (diferencia de 35 puntos, la máxima en la historia de una Final de la LNB) y liquidar la serie por 4 a 1.
Julio Lamas, conductor de este éxito, reconoció las emociones de una temporada histórica. "El título del Súper 4, el partido en la NBA, poder conquistar ahora un bicampeonato hacen de esto algo muy especial, pero más especial porque se dio en el marco de la vuelta a Boedo", celebró ante la ovación de todo el Polideportivo.
Nicolás Aguirre, el base que es tricampeón de la LNB si contamos su anterior título con Quimsa de Santiago del Estero, levanta el trofeo con el presidente Matías Lammens y el vicepresidente Marcelo Tinelli, artífices, junto al otro vice, Roberto Álvarez, de este proceso exitoso del básquetbol en San Lorenzo de Almagro. Todo es alegría en Boedo, todo es motivo para festejar.
Se terminó la temporada tras 67 partidos, donde se ganaron 50 juegos para llegar a una tremenda marca de 75 por ciento de efectividad, y con un record de 10-1 en los playoffs. El Ciclón ha demostrado ser el mejor en la cancha. Ayer lo confirmó. Pero también fuera de ella, con obras, infraestructura moderna y una gestión que no para de dejar marcas en la rica historia del club.
¡Salud, bicampeones!